04 febrero 2010

Sueña tu vida, vive tu sueño - Publicado Oci Magazine Enero 2010

No dejo de mirar por la ventana mientras las gotas de lluvia golpean insistentemente el cristal. Hoy es una de esas mañanas grises, frías y lluviosas que obligan a replantearte el siguiente movimiento….”¿me levanto o me acurruco en el edredón hasta que pase el invierno?”. Perdida en mis cavilaciones, sigo mirando a través del cristal. No me gusta la lluvia, se me riza el pelo. No me gusta el frío del Levante, se me cala en los huesos y congela mi voluntad. No tengo una nómina que disfrutar, ni ahorros de los que echar mano, ni me ha tocado la lotería, pero al final me levanto, porque tengo mil razones para hacerlo. La primera, que ha llegado un nuevo año, un largo y esperado nuevo año, no por que llegue con la promesa de ser mejor, sino porque su entrada significa el final del 2009, declarado “annus horribilis”. Todos hemos echado pestes de este vilipendiado y odiado año pasado, pero hay que reconocer que, a pesar de la mala coyuntura, hemos logrado dejarlo atrás sin grandes bajas que declarar. Y os felicito, y me felicito a mí misma, por tan grandiosa proeza. Las demás razones para salir de casa con la sonrisa puesta (naná naná naná), me hacen mirar al cielo, a pesar de la lluvia, y preguntarme “¿Hasta cuando?”. Y como no tengo una respuesta inequívoca a esta duda metafísica decido continuar mi camino sin el más mínimo resquicio de pereza porque igual mañana termina todo, y no quisiera que “El Final” me pillara en la cama, sobre todo porque no tengo un bonito pijama para llevarme a la eternidad.

Hermoso concepto el de la eternidad. Yo lo prefiero cuando se encuentra en una misma frase con la palabra diamante, ya se sabe, son para siempre…pero como no es lo habitual en mi vida cotidiana, me aferro más al concepto romántico de la vida y el amor eternos, porque me viene bien y me hace soñar despierta, y cuando sueño despierta nada es imposible y logro alcanzar todo aquello que me propongo.

Amor, sueños, esperanzas… palabras llenas de buenas intenciones y mejores deseos. Quien enciende la Luna y apaga el Sol nos provee de todos ellos y está en nuestra mano conseguir que se hagan realidad. La entrada de un nuevo año vuelve a recordarnos aquellas pasiones que olvidamos mientras pasábamos las hojas del calendario, al tiempo que la ilusión se diluía entre los filtros de la rutina. Pero de pronto, al llegar el mes de Diciembre, el ansia del final de año nos hace pensar en lo que no logramos y deseamos que entre Enero, porque es tiempo de volver a creer en lunas de papel y polvo de estrellas. Así la parábola de nuestras ilusiones vuelve a curvarse hacia arriba de manera automática, para luego ir cayendo progresivamente durante el resto del año. Y no deberíais conformaros con eso, yo no lo haré nunca más. Este año defenderé con uñas y dientes mis sueños e ilusiones y pelearé como una leona por lo que me hace feliz. Este año voy a dar un gran paso, voy a empezar una nueva etapa, en una nueva ciudad, con grandes sueños e ilusiones antiguas que el pasado año no pudo arrebatarme y que, recién entrado este, empiezo a tocar ya con la yema de mis dedos. Yo sueño mi vida, y viviré ese sueño.


1 comentario:

StupendoKalamar dijo...

ohhhhh q bonito.... suerte en tu nueva vida soñada no te vayas a despertar un dia con la cama mojada