25 febrero 2009

III VLC Fashion Week, crónica

La Semana de la Moda de Valencia es ya una cita obligada dentro del calendario de las pasarelas nacionales. Su tercera edición se celebraba en la Feria de Valencia, sin alusiones a aquella ambiciosa y querida Pasarela del Carmen, que esta temporada hubiese cumplido 15 ediciones.

El nuevo emplazamiento de la Semana de la Moda de nuestra ciudad ha sido la novedad de esta edición, que tuvo lugar el pasado mes de septiembre y que recogió las propuestas de 25 diseñadores para la primavera – verano 2008. El Pabellón 8 del foro norte de la Feria de Valencia fue el nuevo escenario de nuestra cita semestral con la moda, y parece que durante los tres próximos años lo seguirá siendo. En esta edición se contó con un aforo de 700 personas y una cobertura de 70 medios acreditados, según indicaba la consellera Belén Juste, quien también señaló la gran afluencia de público, unas 15.000 personas durante los cuatro días que duró el evento, que además contó con la presencia de tops españolas como Martina Klein, Madeleine Hjort, Marta Español y Bimba Bosé, entre otras. 

La primera jornada, dedicada a estudiantes de la escuela de diseño y a diseñadores emergentes, se desarrolló con la ilusión y la expectación propias del que desea mostrar todo lo que lleva dentro. Además contamos con lo nuevo de Ion Fitz como diseñador invitado, joven y con una larga trayectoria a sus espaldas, que presentó una colección elegante y trabajada, inspirada en la novela de Alejandro Dumas hijo “La dama de las camelias”. Modakaos y Zona D fueron los protagonistas del primer día de pasarela. Imaginación y apuestas arriesgadas para los participantes de Modakaos, principiantes en el oficio de los patrones y las agujas. Zona D nos mostró un nivel importante en cuanto a diseño emergente, aunque siempre hay lugar para excepciones. La firma HOET:, que llevan tres temporadas desfilando en Valencia, se alzó con el premio al Diseñador Zona D con una colección atrevida, cuyo punto de partida es un lienzo en blanco, “con todo lo que ello conlleva”.

Las tres siguientes jornadas las ocuparon los nombres propios de la Comunidad Valenciana. Gran variedad de propuestas en una pasarela que ansiaba diseño y vanguardia, y que encontró dosis contadas de lo uno y de lo otro. 

Theo Garrido nos mostró una colección plagada de retazos de memorias de lugares mejores traducidos en los colores de la naturaleza, el brillo de los astros y la artesanía de los detalles, creando un equilibrio entre las prendas. Variedad de siluetas y cortes, equilibrio femenino. Ana María se inspiró en la ciudad de Valencia y su espíritu, con menos acierto que intención, aunque hubo juegos de volúmenes atractivos. Higinio Mateu presentó una colección muy cuidada basada en las prácticas artesanales, con plisados exquisitos y volúmenes estudiados para crear una presencia femenina armoniosa, enriquecida con el uso de tejidos nobles como el lino. Los minivestidos abiertos por detrás sorprendieron por lo arriesgados al tiempo que delicados. Jaime Piquer presentó su colección Círculo, elaborada con sedas y algodones recreando formas inspiradas en la arquitectura y un colorido inspirado en la naturaleza, lo terrenal y el alma. Una colección cuidada, trabajada y muy acertada. Martín Pérez-Ripoll representó el tránsito del cambio y las transformaciones, evocando iconos sexuales de los cincuenta y sesenta, como Rita Hayworth, Ava Gadner o Marilyn Monroe, envolviendo a las modelos en tejidos naturales con los colores de un atardecer en la ciudad.

La firma nona presentó una colección vanguardista, aportando novedades en cuanto a la combinación de tejidos tecnológicos y nobles y el patronaje, deconstruyendo y recontruyendo prendas de origen masculino adaptándolas a la figura femenina, dotándolas de elegancia y sensualidad. Apuesta por los grises, la raya diplomática, el blanco y toques de negro y amarillo para una colección de entretiempo. 

Hannibal Laguna desfiló con una colección en blanco, romántica y sofisticada, mostrando a una mujer hermosa envuelta en delicadas texturas y trabajos de costura artesanales.

Por fin!, de Alejandro Sáez de la Torre, se inspira en la suavidad de la arena y la dureza del asfalto. Dos elementos contrarios que se combinan para desarrollar una colección moderna y colorista con divertidos guiños a las vestimentas de principios del siglo XX durante las jornadas de playa y los paseos de balneario. Mucha atención al pequeño homenaje del diseñador al desaparecido Giafranco Ferrè: encajes, rasos, sedas y crêpes en blanco, negro y rojo.

Tonuca profundizó en las posibilidades de lo infraleve con una colección caracterizada por la ausencia de color y la plenitud del blanco, y el gris polvo. De nuevo, diseño fruto de un estudiado patronaje de efectos trabajados, todo en tejidos leves: algodones, batistas, gabardina y punto de viscosa.

La colección Candela de los siempre sorprendentes Siglo Cero se inspira en el mundo que se abre cuando llega un bebé. Una colección llena de humor, sensualidad y sofisticación, con un toque infantil en las formas. Preciosos el minivestido que lució la increíble Madeleine Hjort y el abriguito final que sacó nuestra elegante Mayte de la Iglesia, entre otras piezas muy divertidas.

Alex Vidal y Alex Vidal Jr. recrearon la sofisticación del futuro con piezas sexys en variedad de tejidos.

Carlos Haro presentó una colección inspirada en los ángeles de la Catedral de Valencia. Las modelos lucieron un tocado de alas de lo más acertado, con vestidos delicados: plisados soleil, trabajados godets, brocados y efectos metalizados en una paleta malva, celeste, ocre, rosa palo, petróleo y marfil.

Miquel Suay vistió al hombre con un estilo aristocrático contemporáneo, con una colección masculina arriesgada en complementos y accesorios. La calidad de sus tejidos y su corte tienen ese aire “Made in Italy”.

Como desfile clausura de esta tercera Semana de la Moda de Valencia, Dolores Cortés y su colección de baño Freedom. Una serie de piezas divertidas y coloristas plagadas de guiños latinos, como el estampado de pequeñas gallinitas de una de sus series, que le daban un aire naïf y divertido a una colección de cortes novedosos apta para todos los públicos. Variedad en bikinis, triquinis, bañadores, vestiditos y conjuntos para los días de sol y playa.

Una semana de la moda que en su última jornada acabó pasada por agua, y con el firme propósito de volver con aires renovados y, por favor, con más moda y diseño.











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