16 noviembre 2010

La hoja en blanco. Relato #3: Resplandeciente Xana

 (microrelato)




Rutinariamente, intercambio sus pulseras identificativas. Actúo con toda normalidad procurando que mi cuerpo oculte la maniobra. Alguien golpea el cristal de la puerta y entra precipitadamente en la sala. 

- “No debería estar aquí”.   

 Me vuelvo, tranquila. 

- “Necesitaba ver a mi bebé”. 

Ella me observa, estudia mi rostro, clava sus astutos ojos en los míos. 

- “Está perfectamente. Ahora vuelva a la cama”. 

Me sigue hasta la habitación para asegurarse de que me acuesto. Espero unos minutos después de que se haya marchado. Cojo la bolsa de viaje del armario y vuelvo a la sala. 

- “Ven pequeño. Nos iremos muy lejos. Tú si eres perfecto, como yo”. 






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