- Recuerda a papá que baje la tapa.
Aquello empieza a resultarme fastidioso. Dejo mi taza sobre la mesa y los miro. A primera vista aquella parece la típica escena familiar: madre, padre e hija desayunando juntos en una soleada mañana de primavera. Pero al observar con detenimiento, bajo la superficie, se aprecian los detalles desagradables. Papá y mamá ya no se miran. Ella se sienta de lado para no encontrarse de frente con él. Papá lee el periódico con una mueca de cinismo en la cara.
- Dile a mamá que me olvide.
Yo sólo soy la mensajera.
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