- Le cobran en aquella fila de la izquierda, si no le importa.
Por supuesto, la fila de la izquierda es considerablemente más larga. Arrastro los pies de camino hacia mi nuevo objetivo buscando el final de una cola que parece no terminar nunca. Tardo una eternidad en divisar la luz al final del túnel pero estoy preparado para afrontar mi futuro inmediato con otros ojos.
- Buenas tardes, quisiera pagar mis deudas. - Pongo mi alma sobre el mostrador satisfecho de la decisión que he tomado.
- Lo siento, ya es tarde para usted. Diríjase a la antecámara seiscientos sesenta y seis.
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