Os contaba aquí que me habían invitado a una fiesta sólo para chicas, que prometía mucho, no porque no hubiera ni una miserable pero atractiva barba... sino por el objetivo comercial que se escondía tras esta reunión de chicas.
Me parecía interesante observar en primera persona esta técnica con la que las marcas ofrecen una vivencia experiencial a sus consumidores potenciales, consiguen una conversión segura para los indecisos y la fidelización de los convencidos.
Pues bien, no puedo contar nada, porque igual que entré, salí. Me pareció que había una gran grieta generacional entre el público asistente y algo de desorganización.
Lo segundo lo entiendo, fueron muchas las personas que acudieron, un gran éxito de convocatoria, no hay duda, pero una sensación de caos reinaba sobre el evento: colas, masificación, desorientación...
Me hubiera gustado encontrar a chicas de mi generación, compartir experiencias de marca con productos afines a nuestras necesidades, cualquier tipo de necesidades, sentirme comprendida como mujer entrada en la treintena (abstenerse de hacer comentarios jocosos aquell*s que me conozcan personalmente... ; -D) y, no sé, coherencia en general.
Animo a los organizadores a ir un poco más allá, crear un Pink Young Ladies para las jovencitas, y dejar la Pink Ladies Party para las jóvenes maduras. Diversificar por públicos será positivo para las marcas, que afinarán más su target, y para las consumidoras, que vivirán una experiencia más cercana a su realidad de consumo.
^_^
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