Disfrutamos viendo como las marcas de lujo echan un vistazo hacia
abajo y recogen los códigos del lenguaje de las culturas urbanas y las
subculturas más trash, para convertirlos en conductores de un
mensaje vanguardista, dirigido a un público objetivo bastante alejado
del origen de esos códigos.
La subcultura rave jamás ha tenido buena
prensa, desde su origen en Londres en 1950 hasta la actualidad, ha sido
sinónimo de una juventud poseída por el frenesí, de una locura bohemia y
salvaje, potenciada por una música que les acompaña toda la noche... y
hasta bien entrado el día.
Todos hemos vivido nuestra “época rave”, tan cool, tan underground... Por rebeldía, por explorar el lado salvaje de nuestra juventud, o simplemente por disfrutar de un buen festival y bailar como posesos al ritmo de la música electrónica.
Givenchy recrea su propia rave urbana bajo las órdenes de su director creativo, Riccardo Tisci, que recluta a varios ravers de lujo para inmortalizar una campaña protagonizada por una colección que conserva la elegancia característica del maestro Hubert de Givenchy, combinada con la ya habitual estética andrógina, siniestra y algo sado del siempre sorprendente Tisci.
Stella Tennant, Joan Smalls, Jarrod Scott y Rodrigo Braga son algunos de los modelos que bailan excéntricamente al ritmo de los tambores de Tisci. Estos hermosos ravers se mueven entre baffles con actitud ida, en trance, mientras el objetivo de Mert Alas y Marcus Piaggott capta en su totalidad unas prendas urbanas pero con el sello evidente del haute couture de Givenchy. Inspiración ecuestre, mangas kimono, total looks de cuero, kilts y piezas delicadas como los vestidos boudoir
de encaje y las camisas “joya”; rojo, negro y chocolate entrando en
escena, también algo de rosa, violeta y verde para darle el toque
liviano a una colección de aires siniestros y futuristas, pero muy muy
chic. Los complementos como las botas de piel, los maxi pendientes y los piercings
son las piezas excesivas que subrayan la visión de la mujer del siglo
XXI y la elegancia vanguardista de Riccardo Tisci para Givenchy.
En
mi cabeza se repite una y otra vez el Forever
More
de Moloko,
será por su bajo hipnotizador, el sonido contundente de la caja, la
progresión instrumental que me altera el corazón, la letra, la voz
de Roisín
Murphy
o la clase y el estilo que desprende todo el conjunto. Me transportan
a un túnel secreto, en plan flash
back,
donde bailo sin complejos, pero esta vez llevo puesto uno de esos
total
looks
de cuero
de Givenchy.
Perdonadme, ahora tengo que subir el volumen de los altavoces.
^_^
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