12 noviembre 2013

Doze Magazine x Chic&Curious >> Six Lee: entre el pasado y el futuro.



Amberes es uno de los epicentros del diseño europeo. De su Real Academia de Bellas Artes han surgido los archiconocidos “Seis de Amberes”, una envidiable banda de genios con súper poderes únicos que siguen firmes en su misión de combatir la vulgaridad del diseño comercial contemporáneo. 


Aquella primera remesa, entre los que encontramos nombres como Ann Demeulemeester o Dries Van Noten, surgió a finales de los ochenta y la fábrica de talentos ha seguido formando a genios como Bernard Wilhem y Martin Margiela. Veintitrés años después, Six Lee salía del departamento de Moda de la Academia de Amberes con un título en la mano, una mente efervescente y un billete de ida a Londres. El equipo de diseño de la línea para hombre de Alexander McQueen le estaba esperando.

La influencia de la sastrería británica en el trabajo de Six Lee es la base de una trayectoria aún corta pero con mucho peso. La minuciosidad de los cortes y la pulcritud de los acabados toman forma para alimentar nuestros delirios de alcanzar un presente perfecto que combine la añoranza de los buenos tiempos pasados con la garantía de un mundo futuro en el que no hay espacio para repetir viejos errores. 

Six Lee nos presenta siluetas del british tailoring de la aristocracia del siglo XIX creando un universo de colores fríos, geometría y cortes imposibles pero muy reales. No apta para sensibilidades conformistas, esta colección vive de diferentes tonos de azul, representando una cronología cromática entre el pasado y el futuro. Cada una de las prendas se compone de piezas estructuradas cuya lectura desprende la necesidad humana de recolectar esos pequeños fragmentos de experiencias pasadas que retenemos para conseguir la fórmula magistral que nos haga evolucionar siempre a mejor. 

 Pero no profundicemos en los deseos del subconsciente de esta manera, no nos volvamos trascendentes. Puede que tan sólo debamos mirar con ojos curiosos los divertidos guiños que el diseñador hace a algunas de las vestimentas más pintorescas del siglo XIX. La indumentaria propia del gremio de la investigación privada y los rangos más honorables del clero de aquellos años conservan la tradición de la sastrería clásica pero impactan por un giro futurista bien marcado. Es muy refrescante. 

Esta colección es la forma particular que tiene Six Lee de perpetuar la esencia de un oficio noble, como es el del sastre, innovando en una disciplina cuyos pilares son, en un principio, inamovibles. Es lo que tiene ser asiático formado en la fábrica de talentos de Amberes, la riqueza de referencias artísticas de la cultura china acaba filtrándose a través de una mente preparada para ejecutar con brillantez futurista un oficio de siglos. 

Los detalles de estilismo, como los Oxford dorados de suela corrida, las gafas retrofuturistas y el pelo de presentador virtual de un programa musical de los noventa, terminan de darle el toque canalla que define bastante bien a su público objetivo: un hombre que admira la clásica elegancia de los caballeros del pasado y que vive el presente adelantado a su tiempo, siempre jugando a ser truhán y señor.




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